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miércoles, 25 de noviembre de 2009

la autoestopista o la chica de la curva

La autoestopista fantasma es una leyenda urbana. Al igual que la mayoría de estas supersticiones, no tiene un origen definido y está dispersa por una extensa área geográfica. Son muchas las versiones que se esbozan sobre la misma, dependiendo de la región donde se la relate y del momento histórico. Todas coinciden en que gente viajando en vehículos se encuentra con autoestopistas que luego desaparecen sin explicación alguna, generalmente en el propio vehículo en movimiento. Esta leyenda viene siendo reportada desde hace siglos y es conocida por muchísimas personas con diferentes variantes.

Hay, incluso, quienes relacionan esta leyenda urbana con una historia que se relata en la Biblia (Hechos 8:26-39

La leyenda cuenta que una joven vestida de blanco con un vestido rasgado (a veces de novia y otras de luto) aparece frente a los viajeros a la vera de los caminos, por lo general cerca de una curva peligrosa. Les pide a éstos que la lleven; cuando sube, se dice que transcurre un tiempo en absoluto silencio hasta que ella, misteriosamente, desaparece del vehículo en movimiento. Se suele contar luego que el viajero termina enterándose que la mujer había muerto en un accidente o de alguna forma trágica. La versión que la viste con traje de bodas dice que ella murió con su novio.

Esta misteriosa aparición puede presentar ciertas variantes: una es que ella te alerte de la curva peligrosa en la que murió; la otra es que te cause la muerte ella misma o, en modo indirecto, por no alertarte del peligro de la curva.

En sus versionas más antiguas, la joven paraba a los jinetes para que la subieran al carruaje, o a la grupa de su caballo. Al igual que en la leyenda actual, el objetivo de la aparición era alertar a quien la recogía; y también se decía que la chica podía predecir el futuro sobre aquello que iba a acontecer; por otro lado, quienes no se detuviesen a su señal sufrirían un terrible destino

Es conocida tanto en España como en Europa o América, y siempre es una mujer. Hay variantes:

1.- Se sube al coche de un conductor y en la curva avisa que es un tramo muy peligroso. El conductor pone cuidado y luego se da cuenta de que la autoestopista a la que ha recogido ya no está en el coche.

2.- La chica se sube al coche y le avisa que allí falleció ella cuando ya está en la curva, de modo que el hombre se asusta y sufre un accidente.

3.- Aparece para pedir ayuda porque ha habido un accidente y cuando el hombre baja se encuentra con que quien le ha avisado es el espíritu de la conductora que ha sufrido el accidente porque en el coche aún está su bebé.

Esta es, junto con la de Verónica, otro gran clásico del mundillo de las leyendas urbanas. Pienso que no existe una sola ciudad o pueblo en España, en la que no exista al menos una zona donde no haya aparecido este personaje haciendo autostop. Concretamente, puedo decir que en Málaga capital esta chica ha aparecido numerosas veces en la carretera que cruza los montes de Málaga a las afueras de la ciudad. Incluso me llegaron a comentar hace tiempo, que en los comienzos de esta leyenda hubo incluso alguna investigación policial, ya que, según dicen claro, llegaron a producirse numerosos avisos a la policia de dichos encuentros.

Como ya he dicho, no solo esta extendida por toda la geografía española, sino que es una leyenda muy internacional. Ello da lugar a que haya gran cantidad de versiones de la misma. Veamos algunas:

Se cuenta, por la poca gente que ha logrado sobrevivir, que en una carretera al este de España, llamada el Port de Albaida, las noches que esta se encuentra prácticamente desierta, se ve una chica con vestido y pelo largo haciendo autostop. Se la ve indefensa y como causa pena, nadie duda en parar. La chica sube siempre en el asiento trasero, y al llegar a una curva que esta a pocos metros dice: " En esta curva me mate yo" esbozando un aterrador chillido por el cual el conductor gira la cabeza para mirarla y ve, para su sorpresa, que la chica a desaparecido. Entonces, atónito por lo sucedido, pierde el control del automóvil y se desprende por el barranco.

Se cuenta que esta chica es un alma en pena que lo único que pretende es provocar accidentes para que la gente sepa lo que ella sufrió.

No se si tendrás la oportunidad de viajar por esta carretera, pero si lo haces, simplemente te diré un consejo: No pares a nadie, por mucha pena que te cause...

Otra versión que he encontrado por ahí:
Se cuenta por ahí, quizá ya lo hayas oído, la historia de un chico que iba conduciendo su coche una noche de niebla por una carretera comarcal, cuando de pronto ve a una chica haciendo autostop y la coge. Ella sube, es guapa pero está muy pálida. El chico le da conversación: '¿Qué tal?', '¿adónde vas?', '¿cómo te llamas?'. Pero la chica no contesta. Después de un rato en silencio ella de pronto dice: '¡Cuidado con la curva!' El chico la mira y ella, con la vista al frente, vuelve a decir: '¡Cuidado con la curva!' Él mira fijamente la carretera, pero parece que no hay ninguna curva. De todas formas, más asustado por la actitud de la chica que por las condiciones, decide aminorar la velocidad. De sopetón, una curva cerradísima en forma de horquilla aparece entre la niebla. El chico pega un volantazo mientras pisa el freno a fondo. El coche queda atravesado en la carretera. Asustado se gira hacia la chica mientras le pregunta: '¿estás bien?' Pero se queda aún más blanco cuando ve que la chica no está. Sale del coche para ver si ella se ha tirado en marcha o si ha salido del coche. No hay nadie. Se va asustado, y para en la primera gasolinera que encuentra para reponerse del susto. Decide no decir nada de lo de la chica no vaya a ser que le tomen por un loco. Pero le dice al chico de la gasolinera que casi tiene un accidente en la curva aquella. El chico de la gasolinera le cuenta que hace unos meses una chica se mató en ella cuando su coche se salió de la calzada en una noche de niebla. Más asustado que antes, se monta en el coche y decide no volver a pasar por ese camino y no conducir en las noches de niebla cerrada.

Otra versión:
Un camionero se dirigía a su destino en un pequeño pueblo de la sierra. Era un día de verano sofocante. Al pasar por una gasolinera vio a una anciana de pie en el andén haciendo autostop. Como iba bien de tiempo decidió parar a recogerla. Así, emprendieron juntos el camino hacia el pueblo de la señora, que pillaba de camino al pueblo de destino del camionero. Al llegar a un punto de la carretera, en una curva pronunciada, la anciana advierte: Tenga cuidado aquí, que fue donde mi hija y yo nos matamos. Al girar la cabeza el camionero, la anciana ha desaparecido.

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